Primer trimestre | Pruebas de detección del primer trimestre: qué esperar
En el primer trimestre del embarazo, ocurren muchas cosas en tu cuerpo y en tu vida, pero con visitas regulares al médico, todo esto puede resultar mucho más sencillo. Una de las cosas que puede sugerirte tu médico es una serie de pruebas del primer trimestre, la mayoría de las cuales son opcionales pero recomendadas. Pueden mostrarte lo que realmente está sucediendo con tu bebé, y ahora analizaremos algunas de ellas .
¿Realmente necesitas estas pruebas de detección?
Legalmente, no se exige ninguna prueba de detección en el primer trimestre, pero la mayoría de las futuras mamás quieren saber si su feto está sano y se está desarrollando normalmente. La mayoría de las pruebas se ofrecen hacia el final del primer trimestre, generalmente entre las semanas 10 y 14, aunque algunas se realizan a partir de las nueve semanas. Si su embarazo es de riesgo o si tiene más de 35 años, es probable que el médico le recomiende encarecidamente que se haga ciertas pruebas.
El examen prenatal del primer trimestre generalmente incluye dos pruebas básicas. La primera es un análisis de sangre básico, que analiza el ADN del feto en desarrollo. Simplemente extraen sangre de una de tus venas y envían la muestra a un laboratorio. La segunda prueba es una ecografía transvaginal, en la que se inserta un pequeño transductor en la vagina para ayudar a obtener resultados más precisos.
A veces se realizan pruebas más específicas
En ocasiones, estas pruebas buscan información general, mientras que en otras ocasiones se realizan para buscar algo específico. En el caso del análisis de sangre, se buscan dos sustancias en la sangre de la embarazada. La primera es el nivel de proteína plasmática A relacionada con el embarazo (PAPP-A) en la placenta. Si el número es demasiado bajo, podría significar que el bebé corre el riesgo de tener algún tipo de defecto cromosómico.
La segunda prueba busca una hormona llamada gonadotropina coriónica humana (hCG). Al igual que en el caso de la PAPP-A, un valor anormal podría significar que el feto corre el riesgo de tener un defecto cromosómico. Ninguna de estas pruebas significa con certeza que el feto tendrá algún tipo de anomalía. Solo significa que podría correr el riesgo de tenerla.
También existe una prueba para determinar la probabilidad de ciertos defectos congénitos. Muchas de estas pruebas se realizan hasta las semanas 12 o 13 y buscan defectos como el síndrome de Down (trisomía 21), la trisomía 13 o la trisomía 18. Algunos de estos defectos son incompatibles con la vida, por lo que es importante que muchas futuras mamás lo descubran lo antes posible.
También existe una ecografía para la translucencia nucal fetal o TN. La prueba consiste en observar la nuca del bebé por si hay piel más gruesa de lo normal o exceso de líquido en la zona. Si es así, podría indicar un defecto. Por último, existe la prueba del ADN fetal fetal libre. Con esta prueba no se detectan defectos congénitos estructurales, pero es más fácil encontrar defectos en los cromosomas X o Y, que son los cromosomas sexuales.
¿Qué pasa después?
Si te hacen algún tipo de prueba durante uno de tus controles de embarazo, puede significar que es necesario realizar más pruebas. Estas pruebas a veces pueden dar resultados falsos positivos y el médico querrá que sepas con certeza cuáles son tus opciones. En primer lugar, deberás hacerte ciertas preguntas antes de realizarte cualquier tipo de prueba.
Entre ellas se incluyen las siguientes preguntas:
- ¿Los resultados serán perfectos? Antes de aceptar cualquier tipo de prueba prenatal, querrá saber la precisión de cada prueba y qué significan los resultados. Consulte con su médico para obtener la respuesta a esta pregunta.
- ¿Estoy preparado para los resultados de la prueba? Si los resultados de la prueba son inesperados, tendrá que tomar decisiones importantes, por lo que debe estar preparado para el resultado de la prueba, independientemente de cuál sea.
- ¿Existen riesgos con la prueba? Estas pruebas generalmente conllevan muy pocos riesgos, pero como es tu cuerpo el que se ve afectado, sin mencionar el de tu bebé, querrás saber exactamente cuáles son los riesgos de cada prueba.
Una vez que aceptes realizarte las pruebas, te reunirás con un profesional de la salud después de recibir los resultados. En esa reunión, repasará todo en detalle y responderá todas tus preguntas. Los resultados de las pruebas pueden, de hecho, afectar el resto de tu atención prenatal e incluso hacer que cambies de rumbo, pero al menos tanto tú como el médico sabréis que esto es necesario.
Si algo no va bien con tu hijo, tendrás que decidir si continúas o no con el embarazo. Si decides hacerlo, al menos estarás más preparada para cuidar del niño una vez que nazca. Tendrás el resto del embarazo para investigar el estado del bebé y aprender todo lo que puedas sobre él para poder ser una mejor madre para el niño.
La conclusión es la siguiente: solo usted puede tomar la decisión de hacerse o no pruebas prenatales. Por eso es tan importante hacer muchas preguntas y consultar con su médico antes de decidir con seguridad si debe hacerse las pruebas.
Conclusión
Las pruebas prenatales se realizan principalmente para detectar ciertos defectos congénitos, pero pueden generar resultados falsos positivos y falsos negativos, lo que significa que el médico probablemente querrá realizar pruebas adicionales. Algunas de estas pruebas adicionales se realizan más adelante en el embarazo, y debes sentirte cómoda al obtener toda la información sobre las pruebas antes de tomar una decisión final.