Fumar y la lactancia materna: ¿pueden permanecer juntos?
El período de lactancia es crucial para el desarrollo saludable del bebé, y fumar y amamantar es un hábito muy peligroso. Ya sea que se trate de cigarrillos, narguile o marihuana, es extremadamente riesgoso para todos los involucrados. En lugar de nutrir al niño, la leche materna podría contener toxinas que pondrían a tu bebé en un riesgo muy alto de desarrollar problemas de salud.
¿Qué se puede hacer al respecto? En este artículo, analizaremos el importante tema del tabaquismo y la lactancia materna, sus riesgos y cómo controlar los antojos de una madre que está dejando de fumar.
Fumar cigarrillos y la lactancia materna
El tabaquismo es conocido por sus efectos nocivos para la salud, y estas consecuencias se extienden también a la lactancia materna. Cuando una madre que amamanta fuma, las sustancias químicas tóxicas de los cigarrillos pueden llegar a la leche materna. Por lo tanto, la nicotina, el monóxido de carbono y otras sustancias tóxicas presentes en el humo del tabaco pueden transmitirse al niño a través de la leche materna.
Fumar narguile y la lactancia materna
También conocida como pipa de agua o shisha, fumar shisha implica inhalar humo a través de una base llena de agua. Fumar narguile y amamantar Es tan malo como fumar cigarrillos mientras se amamanta, aunque muchas personas creen que las pipas de agua son más seguras. En cambio, tiene efectos bastante perjudiciales tanto para la madre que amamanta como para el bebé.
Fumar marihuana y la lactancia materna
La legalización de la marihuana en muchos estados de Estados Unidos ha despertado un gran interés en ella. Lamentablemente, fumar marihuana durante la lactancia también se ha vuelto algo habitual. Como todo lo demás, los compuestos del cannabis, especialmente el tetrahidrocannabinol (THC), pueden transmitirse al bebé a través de la leche materna.
Efectos del tabaquismo en la leche materna
Los efectos nocivos del tabaco, ya sea cigarrillos, narguile o marihuana, en la leche materna se deben en gran medida a la transferencia de sustancias tóxicas. Compuestos nocivos como la nicotina, el monóxido de carbono y el THC pueden acabar en la leche materna, lo que puede afectar potencialmente a la salud y el desarrollo del bebé.
Los efectos nocivos del tabaquismo y la lactancia materna incluyen:
Calidad nutricional reducida
Fumar puede comprometer en gran medida la calidad nutricional de la leche materna. La nicotina, el monóxido de carbono y otras sustancias tóxicas pueden disminuir los nutrientes esenciales de la leche materna. Este efecto negativo sobre la calidad nutricional de la leche materna puede obstaculizar el crecimiento y el desarrollo del bebé. Por lo tanto, resulta menos beneficiosa en comparación con la leche de una madre no fumadora.
Gusto alterado
Se sabe que los bebés son sensibles a los sabores, y las toxinas del humo pueden alterar el sabor y el olor de la leche materna. Este cambio de sabor puede resultar desagradable para los bebés lactantes y puede dificultar la tarea de amamantar a la madre. Esto puede provocar irritabilidad y renuencia a amamantar. En última instancia, el sabor alterado de la leche materna puede alterar la experiencia del vínculo entre madre e hijo y hacer que la lactancia materna sea menos placentera.
Reducción de la producción de leche
Fumar, en particular los cigarrillos, suele provocar una reducción de la producción de leche. Una disminución de la producción de leche puede ser un gran desafío cuando se trata de proporcionar una nutrición adecuada al recién nacido. Los bebés dependen en gran medida de un suministro constante y suficiente de leche materna para su crecimiento y desarrollo, por lo que la influencia de la nicotina en la producción de leche es muy preocupante.
El riesgo de fumar en los lactantes
La lactancia materna es fundamental para la buena salud y el desarrollo del bebé. Favorece el desarrollo del sistema inmunológico, reduce los riesgos de infecciones y mejora la experiencia del vínculo con la madre. Sin embargo, fumar durante la lactancia conlleva riesgos que comprometen estos beneficios.
Efectos a largo plazo sobre la salud
No se conocen del todo las consecuencias a largo plazo de la exposición de los bebés al humo. Además, realizar estudios a largo plazo sobre este tema supone un gran desafío ético. Por lo tanto, lo mejor que se puede hacer es actuar con cautela y minimizar la exposición. Dado que se sabe universalmente que fumar aumenta las probabilidades de desarrollar cáncer y otras enfermedades nocivas, sería prudente mantener a su hijo alejado de sustancias nocivas.
Deterioro del desarrollo cognitivo
La exposición a toxinas durante la lactancia, ya sea por cigarrillos o por cualquier otro medio, puede incluso provocar un deterioro del desarrollo cognitivo en los bebés. Ya se han relacionado problemas de conducta y déficits cognitivos con el tabaquismo materno .
Problemas respiratorios y digestivos
Fumar durante la lactancia materna también puede provocar problemas respiratorios y digestivos en los bebés. Los bebés expuestos al humo a través de la leche materna pueden experimentar problemas como un aumento de la tos, sibilancias o malestar gastrointestinal. Estos problemas de salud pueden ser angustiantes tanto para el bebé como para la madre.
Cómo manejar los antojos y la abstinencia
Los médicos coinciden en que la mejor opción para las madres que amamantan es abandonar el hábito por completo. Por supuesto, esto puede resultar un desafío para cualquiera, especialmente para una madre lactante preocupada por la salud de su hijo. Sin embargo, existen muchas formas de controlar los antojos y la abstinencia del tabaco.
Terapia de reemplazo de nicotina
La terapia de reemplazo de nicotina (TRN) consiste en el uso de chicles, parches o pastillas de nicotina para ayudar a combatir las ansias de fumar durante la lactancia. Puede ayudar a reducir las ansias y, al mismo tiempo, minimizar la exposición del bebé a las sustancias químicas nocivas que se encuentran en el humo. Sin embargo, primero debe consultar a un médico para determinar cuál es el método de TRN más adecuado para usted.
Técnicas de comportamiento
Aprenda y practique técnicas conductuales para controlar el estrés y los antojos. La atención plena y la respiración profunda pueden ayudarle a afrontar los aspectos psicológicos de la adicción al tabaco. También pueden ayudarle a crear una respuesta más saludable al estrés que no ponga en peligro a su pequeño.
¡Mantente ocupado!
Realice actividades que mantengan su mente y su cuerpo ocupados. El ejercicio físico, los pasatiempos o pasar tiempo de calidad con su bebé pueden ayudar a reducir las ganas de fumar. Mantenerse ocupado no solo lo distrae de los antojos, sino que también contribuye a un estilo de vida más saludable.
Medicamento
Si bien debe esforzarse al máximo para dejar de fumar mientras amamanta sin ningún medicamento, comprendemos que se vuelva demasiado difícil. En ese caso, consulte con un médico o con un especialista en lactancia sobre las opciones de medicamentos que sean seguras para las madres que amamantan para ayudar a dejar de fumar.
Evite y supere los factores desencadenantes
El deseo de fumar cigarrillos, narguile o marihuana puede surgir de ciertas situaciones. Aprenda a identificar estas situaciones y entornos y haga un esfuerzo por evitarlos. Los desencadenantes más comunes incluyen el estrés, las situaciones sociales o ciertos lugares. Al reconocer y evitar estos desencadenantes, puede reducir significativamente la tentación de fumar.
Nota final
Cualquier forma de fumar puede tener efectos perjudiciales tanto para la madre lactante como para el niño. Lo ideal es dejar de fumar, pero si no es una opción inmediata, trate de minimizar la exposición de su hijo al humo. En última instancia, la salud de su bebé es lo más importante, y dejar de fumar y amamantar es vital.