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Elegir amamantar es darle a tu hijo un regalo especial. Todos los estudios han demostrado que, en lo que respecta a la nutrición que necesitan los recién nacidos para crecer y desarrollarse, la leche materna es la mejor. Desafortunadamente, la lactancia materna no siempre es sencilla para muchas madres. A menudo tienen problemas que incluyen no producir suficiente leche y no tener la calidad de leche que esperaban. Afortunadamente, estos problemas no son insuperables.

10 consejos sorprendentes para mejorar la calidad de la leche materna


A continuación se presentan 10 cosas que puedes hacer para producir leche materna de mayor calidad.

1. Beba muchos líquidos

Cuando amamantas, pierdes muchos líquidos en tu cuerpo, por lo que es fundamental que los repongas a diario. Si bien no hay una cantidad fija de líquidos que debas beber, si intentas beber entre 8 y 10 vasos de agua, jugo de frutas o leche al día, no debería haber ningún problema. Solo recuerda que el bebé va a consumir muchos líquidos en cada toma y que debes tener suficientes líquidos en tu cuerpo para proporcionárselos.

2. Come como si todavía estuvieras embarazada

Cuando estás amamantando, no es momento de hacer dieta ni de restringir la cantidad de calorías que consumes. Al igual que cuando estás embarazada, tu cuerpo necesita calorías adicionales. Según muchas fuentes, se necesitan entre 300 y 500 calorías adicionales por día para producir suficiente leche materna para alimentar a tu bebé. También necesitas comer alimentos nutritivos, centrándote en cereales integrales, frutas y verduras. En cierto modo, sigues “comiendo por dos”, ya que el bebé consumirá lo que tú consumes a través de la leche.


3. Intenta evitar las cosas que no son buenas para ti

Aprender a mejorar la calidad de la leche materna incluye evitar los alimentos que son perjudiciales para el bebé, como el alcohol, el tabaco y la cafeína, entre otros. Recuerda que mientras estás amamantando, el bebé recibirá al menos un poco de los alimentos y bebidas que consumes tú, y no quieres que reciba nada que simplemente no necesita. Si es malo para ti, es malo para él.

4. Aprende a gestionar tu estrés

Si estás demasiado estresada , puede afectar tanto la calidad como la cantidad de leche materna que produces. Esto a veces es difícil para las madres primerizas que acaban de llegar a casa y tienen un recién nacido, pero aun así es importante. Cuando el bebé duerma, intenta hacer algunas respiraciones profundas, practicar yoga o meditar para mantener tus niveles de estrés lo más bajos posible. Si estás demasiado estresada o te sientes tensa o preocupada mucho, afectará tu leche materna.

5. Duerma lo máximo posible

Nuevamente, esto es difícil para las mamás primerizas, pero en lugar de hacer las tareas del hogar o lavar la ropa mientras el bebé duerme, es mejor que intentes dormir una siesta también. Cuanto menos duermas, más tendrá que trabajar el cuerpo para producir leche para el bebé , lo que afecta tanto a la cantidad como a la calidad. Es natural tener falta de sueño cuando eres madre de un recién nacido, pero intenta dormir lo máximo posible de todos modos.

6. Considere tomar suplementos

Muchas madres lactantes siguen tomando sus vitaminas prenatales como lo hacían cuando estaban embarazadas. Si bien esto no es necesario, es una buena idea tomar suplementos mientras estás amamantando. Esto es especialmente importante si sabes que no estás obteniendo las vitaminas y minerales que necesitas porque estás demasiado cansada para comer bien. También garantiza que el bebé también recibirá esos nutrientes.

7. Preste atención a su dieta y a las reacciones de su bebé a ella

Muchos recién nacidos tienen estómagos sensibles, por lo que si comes alimentos como brócoli, cebolla, repollo o ajo, el bebé puede reaccionar a ellos. Si notas un sarpullido o irritabilidad varias horas después de comer un alimento en particular, es muy posible que ese alimento no le haya sentado bien a tu hijo. Lleva un diario si es necesario, pero también es una buena idea evitar alimentos como estos desde el principio, al menos durante los primeros meses.

8. Considere extraer y almacenar leche materna

Cuanto más a menudo amamantes, más leche producirás. Si tu bebé empieza a comer menos durante unos días, lo que no es tan raro, es posible que quieras considerar extraerte leche y almacenarla. Esto hará que tu producción de leche sea regular, por lo que siempre tendrás suficiente. Estas situaciones no son motivo de pánico, pero si te preocupa la cantidad de leche que produce, extraerte leche puede ayudarte.

9. Preste especial atención a cualquier dieta particular que pueda estar siguiendo

Si sigues una dieta especial, como si eres vegetariana o vegana, ten en cuenta que debes asegurarte de que tu bebé reciba suficiente proteína, hierro y calcio. Los suplementos ayudan, pero también debes comer más alimentos que aporten estos nutrientes a tu dieta. Entre ellos se encuentran las verduras de hoja verde y la fruta seca para el hierro, la leche de soja y el yogur para el calcio, y las lentejas y los frutos secos para las proteínas.

10. Intente amamantar con frecuencia

Los bebés pueden tener horarios de alimentación esporádicos cuando llegan a casa, pero si intentas amamantarlos con frecuencia, aumentarás las probabilidades de producir mucha leche y de una mejor calidad de la misma. Intentar amamantar cada dos o tres horas es una buena idea, pero, por supuesto, tienes que estar preparada para alimentar al bebé cuando tenga hambre. No es una ciencia exacta, pero amamantar con frecuencia es una buena idea.


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